miércoles, 9 de febrero de 2011

EDUCACIÓN SUPERIOR Y SUSTENTABLIDAD


“Pensar como sistema equivale a pensar ecológicamente” Edgard T. Clark, 1998

El modelo de desarrollo sostenible, definido a partir del concepto de sustentabilidad de los sistemas productivos, se centra en el objetivo de satisfacer las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para compensar las propias. En este sentido, la urgencia de transitar de un paradigma racional que privilegió durante décadas el control y uso eficiente de la naturaleza, hacia otro más congruente con el sentido de supervivencia y continuidad de la especie humana, obliga a replantear el papel educativo de los institutos y universidades, repensando la educación superior desde los planos conceptuales, metodológicos y de valores, buscando alcanzar una verdadera transformación cultural, que se signifique por trascender el habitual discurso ecologista oficial.
Para ello Villaruel (s/f) considera que es imperante establecer un sistema transversal de enseñanza y aprendizaje, que permita orientar las formas de actuación social (patrones de consumo, relaciones solidarias, valores universales, entre otros), Abandonando el sistema lineal tradicional. Modificar los patrones culturales, redundará en mayores beneficios a mediano y largo plazo, superando los programas activistas centrados en acciones sitiadas y por tanto descontextualizadas (sembrar un árbol, recoger basura, pintar letreros, repartir panfletos, entre otras).
Asimismo, el autor citado, plantea que bajo estos referentes es indispensable estructurar propuestas curriculares orientadas a responder a los diversos entornos ecológicos, políticos y sociales, no sólo económicos, en clara empatía con las necesidades específicas de los grupos ahí presentes. En este aspecto, se debe privilegiar la regionalización sobre la propia globalización, dando cabida a un enfoque centrado en los micros o subsistemas imperantes. Este planteamiento no significa retroceso, sino adecuación, ya que se trata de impulsar nuevas y renovadas formas de pensamiento; de aquí la importancia de promover en la formación científico-tecnológica propuestas holístas con enfoques constructivistas, no solamente en áreas como agronomía, biología y ecología sino en todas las áreas que comprenden los pensum de las carreras que se desarrollan en una universidad, llevando a los estudiantes a definir problemas y soluciones dentro de determinados parámetros espacio-temporales.

REFERENCIA

VILLARRUEL, M (sf).Educación Superior y Sustentabilidad Instituto Tecnológico Agropecuario n.º 18, Veracruz, México

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